
Si fuese pintor
retrataría este cielo despeinado,
desgarrado, levemente apocalíptico.
Pondría de manifiesto el contraste
entre la luz amarilla de los lejanos
pueblos y el azul
oscuro, casi negro, de este
ocaso irreductiblemente incierto.
Si fuese pintor
ignoraría el cabalgante refulgir
de los coches y el tiritar
de tus ojos abiertos.
Si fuese pintor daría a los olivos
un tinte ausente pero concreto
e inmortalizaría desnudo este alterego.
Si fuese pintor
no sentiría como siento,
no tendría el corazón manchado de tinta
ni la lengua hinchada de arrepentimiento.