Nos contaba un día una mujer de origen israelita que vive en Osuna desde hace unos dos años que después de recorrer medio mundo conociendo variadas culturas y los más recónditos rincones de Latinoamérica y centro Europa, decidió trasladarse a España a vivir y así conocer nuestra cultura y posiblemente disfrutar el resto de su aún larga vida en nuestro país. Pues bien, entre un casting recorriendo capitales, ciudades medias y pueblos españoles eligió Osuna para deshacer sus maletas y hacer lo que más le gusta y a lo que dedica su vida aparte de traducir para ganarse su dinero, escribir e inspirarse para pintar cuadros que es su pasión.
Dice que eligió Osuna por la belleza de sus casas, sus calles adoquinadas, su clima, su sol radiante en contraste con el azul intenso del cielo… Osuna se puede sentir afortunada porque otra persona más, como ya ocurrió con los célebres artistas en tiempos pasados, escoja Osuna para disfrutar, sentir e inspirarse…
Vosotros los lectores de El Pespunte también sentís, disfrutáis y os inspiráis mediante este medio y orgullosos nos sentimos de poder ser vuestro soporte. Gracias a vosotros Osuna ha empezado a recuperar su voz, voz perdida por el vicio político y turbio creado por unos y aprovechado por otros. Aquí debatís, opináis, proponéis, reflexionáis... lo cual responde a nuestros propósitos y nos sentimos con fuerzas y confianza para seguir adelante porque Osuna merece ser escuchada por quienes sienten a este pueblo de corazón y no por quienes tienen intereses puntuales o, a veces, personales que responden únicamente a su demanda, lo que denota ser muy triste puesto que todos pagamos los mismos impuestos.
De este modo, este humilde pero sensato buzón de sugerencias para Osuna, como es El Pespunte, está escrito por habitantes del mismo con cartas que llenáis de buenos propósitos e intenciones que deben ser recogidas por el cartero; de este modo, esperamos señores políticos que no obviéis que los carteros sois vosotros, ya que un buzón sin cartero no sirve de nada. En cada una de esas cartas encontraréis tantos llantos como alegrías, tantas críticas como propuestas, tantas tristezas como ilusiones, problemas y soluciones… pero posiblemente los antiguos gobiernos no tuvieron esta oportunidad de que le acerquen la voz del pueblo mediante El Pespunte en nuestro caso. Así pues, tras cien días aproximadamente de mandato en los que se comprenden ajustes y periodo vacacional en la casa del pueblo, ahora sí comienza vuestro curso político al igual que como para nosotros comienzan nuevos proyectos, nuevas colecciones, nuevos propósitos y nuevo curso escolar para niños que ya tienen comprados su bolígrafos nuevos, compás y cartabón, libros nuevos y nuevas asignaturas: “Educación para la ciudadanía”. La teoría de ésta será impartida en clases pero la práctica será en la calle, donde vosotros habéis sido elegidos por la mayoría del pueblo para mantener el orden público. Un lector de el Pespunte nos dejó un comentario que decía: “La libertad de uno termina donde se comienza a molestar al otro”; pensamos que con esta frase se sintetiza perfectamente en qué lugar se encuentra Osuna cívicamente y dónde debería estar.
Ese civismo y educación podría ser un punto de inflexión para la confianza de Osuna y para el desarrollo abierto de nuestra cultura, especialmente de los jóvenes que ignoran que un pueblo pueda ofrecerle oportunidades y ocio para su diversión y entretenimiento, y lo que es más penoso de todo, es que existen en Osuna ya nuevas generaciones que no han pisado nunca un cine, simplemente porque no lo han visto. Si nadie lo remedia, seguramente este joven tendrá esa oportunidad cuando apruebe el permiso de conducir y descubra con su coche que en Écija hay un multicines e incluso colegas de su pueblo.
Por otro lado, se ha abierto en septiembre un tema muy interesante y de gran repercusión de otro de nuestros lectores: “la carrera puede ser peatonal”. La ordenación del territorio es tan fácil explicarla como decir que responde a la distribución física de una cantidad de “ingredientes” (viales, inmuebles, rotondas, parques y jardines, monumentos…) en el espacio, con unas cualidades específicas y que deben ser ordenados de acuerdo a establecer un canon o regla de distribución para así mejorar la localización y poseer una personalidad propia. Esas cualidades en unos pueblos serán mejores y en otros peores dependiendo, por ejemplo, de la calidad de sus edificaciones y calles. Por lo que respecta a nosotros, Osuna además posee unos ingredientes obtenidos de su legado histórico, su patrimonio. Éste puede ser el ingrediente más deseado por cualquier población y que admite una infinidad de variantes para su explotación; monumentos jugosos, apetitosos y ricos en arte e historia que si no son fomentados a base de museos que interesen al turista y ofertas turísticas que compitan con el mercado que nos incumbe, nunca tendremos esos ingresos turísticos insultantemente desaprovechados hasta hoy día y que ignoramos, pues serían muy gratificantes para el Ayuntamiento, hosteleros, comerciantes y el pueblo de Osuna en general, pero insistimos: lo ignoramos.
Definitivamente, esta mujer israelita, desgraciadamente terminó contándonos que en dos años, aún no ha finalizado ninguno de sus cuadros porque tiene el marco pero no encuentra su inspiración en Osuna. Ella no ha abandonado el pueblo, pero se lo cuestiona a veces. Le ilusiona y le esperanza que un pueblo tan precioso como ella misma dice y que no valoramos lo suficiente, cambie socialmente hablando y consigamos algo muy sencillo, hablar y que nos escuchen para que consigamos cada uno nuestra inspiración en aquello que nos gusta.
Este Editorial de este mes de septiembre que ahora termina, finaliza dando un pequeño homenaje a nuestro modo (escribiendo) a nuestros lectores y animando a que encuentren en El Pespunte el acomodo y la confianza para seguir soñando con una Osuna que nuestros antepasados recuerdan muy felizmente, pero que nosotros ignoramos, y como dijo el poeta Antonio Machado, “todo lo que se ignora, se desprecia”.
Dice que eligió Osuna por la belleza de sus casas, sus calles adoquinadas, su clima, su sol radiante en contraste con el azul intenso del cielo… Osuna se puede sentir afortunada porque otra persona más, como ya ocurrió con los célebres artistas en tiempos pasados, escoja Osuna para disfrutar, sentir e inspirarse…
Vosotros los lectores de El Pespunte también sentís, disfrutáis y os inspiráis mediante este medio y orgullosos nos sentimos de poder ser vuestro soporte. Gracias a vosotros Osuna ha empezado a recuperar su voz, voz perdida por el vicio político y turbio creado por unos y aprovechado por otros. Aquí debatís, opináis, proponéis, reflexionáis... lo cual responde a nuestros propósitos y nos sentimos con fuerzas y confianza para seguir adelante porque Osuna merece ser escuchada por quienes sienten a este pueblo de corazón y no por quienes tienen intereses puntuales o, a veces, personales que responden únicamente a su demanda, lo que denota ser muy triste puesto que todos pagamos los mismos impuestos.
De este modo, este humilde pero sensato buzón de sugerencias para Osuna, como es El Pespunte, está escrito por habitantes del mismo con cartas que llenáis de buenos propósitos e intenciones que deben ser recogidas por el cartero; de este modo, esperamos señores políticos que no obviéis que los carteros sois vosotros, ya que un buzón sin cartero no sirve de nada. En cada una de esas cartas encontraréis tantos llantos como alegrías, tantas críticas como propuestas, tantas tristezas como ilusiones, problemas y soluciones… pero posiblemente los antiguos gobiernos no tuvieron esta oportunidad de que le acerquen la voz del pueblo mediante El Pespunte en nuestro caso. Así pues, tras cien días aproximadamente de mandato en los que se comprenden ajustes y periodo vacacional en la casa del pueblo, ahora sí comienza vuestro curso político al igual que como para nosotros comienzan nuevos proyectos, nuevas colecciones, nuevos propósitos y nuevo curso escolar para niños que ya tienen comprados su bolígrafos nuevos, compás y cartabón, libros nuevos y nuevas asignaturas: “Educación para la ciudadanía”. La teoría de ésta será impartida en clases pero la práctica será en la calle, donde vosotros habéis sido elegidos por la mayoría del pueblo para mantener el orden público. Un lector de el Pespunte nos dejó un comentario que decía: “La libertad de uno termina donde se comienza a molestar al otro”; pensamos que con esta frase se sintetiza perfectamente en qué lugar se encuentra Osuna cívicamente y dónde debería estar.
Ese civismo y educación podría ser un punto de inflexión para la confianza de Osuna y para el desarrollo abierto de nuestra cultura, especialmente de los jóvenes que ignoran que un pueblo pueda ofrecerle oportunidades y ocio para su diversión y entretenimiento, y lo que es más penoso de todo, es que existen en Osuna ya nuevas generaciones que no han pisado nunca un cine, simplemente porque no lo han visto. Si nadie lo remedia, seguramente este joven tendrá esa oportunidad cuando apruebe el permiso de conducir y descubra con su coche que en Écija hay un multicines e incluso colegas de su pueblo.
Por otro lado, se ha abierto en septiembre un tema muy interesante y de gran repercusión de otro de nuestros lectores: “la carrera puede ser peatonal”. La ordenación del territorio es tan fácil explicarla como decir que responde a la distribución física de una cantidad de “ingredientes” (viales, inmuebles, rotondas, parques y jardines, monumentos…) en el espacio, con unas cualidades específicas y que deben ser ordenados de acuerdo a establecer un canon o regla de distribución para así mejorar la localización y poseer una personalidad propia. Esas cualidades en unos pueblos serán mejores y en otros peores dependiendo, por ejemplo, de la calidad de sus edificaciones y calles. Por lo que respecta a nosotros, Osuna además posee unos ingredientes obtenidos de su legado histórico, su patrimonio. Éste puede ser el ingrediente más deseado por cualquier población y que admite una infinidad de variantes para su explotación; monumentos jugosos, apetitosos y ricos en arte e historia que si no son fomentados a base de museos que interesen al turista y ofertas turísticas que compitan con el mercado que nos incumbe, nunca tendremos esos ingresos turísticos insultantemente desaprovechados hasta hoy día y que ignoramos, pues serían muy gratificantes para el Ayuntamiento, hosteleros, comerciantes y el pueblo de Osuna en general, pero insistimos: lo ignoramos.
Definitivamente, esta mujer israelita, desgraciadamente terminó contándonos que en dos años, aún no ha finalizado ninguno de sus cuadros porque tiene el marco pero no encuentra su inspiración en Osuna. Ella no ha abandonado el pueblo, pero se lo cuestiona a veces. Le ilusiona y le esperanza que un pueblo tan precioso como ella misma dice y que no valoramos lo suficiente, cambie socialmente hablando y consigamos algo muy sencillo, hablar y que nos escuchen para que consigamos cada uno nuestra inspiración en aquello que nos gusta.
Este Editorial de este mes de septiembre que ahora termina, finaliza dando un pequeño homenaje a nuestro modo (escribiendo) a nuestros lectores y animando a que encuentren en El Pespunte el acomodo y la confianza para seguir soñando con una Osuna que nuestros antepasados recuerdan muy felizmente, pero que nosotros ignoramos, y como dijo el poeta Antonio Machado, “todo lo que se ignora, se desprecia”.