Seguramente el día que Audas, Ditalcon y Minuro (la leyenda dice que eran de Osuna), aceptaron dar muerte a Viriato, hacía solano. Seguro que Pompeyo perdió en Munda por el mismo motivo. Las campanas de Conventos e Iglesias volteaban, cuando un escuadrón de caballería de los cien mil hijos de San Luis subían calle Sevilla arriba, para acabar con la Constitución de 1.812, no de júbilo, sino empujadas por un fuerte solano. ¿Qué ursaonés no ha maldecido alguna vez al viento solano? ¿No es cierto que ha sido nuestro particular jinete apocalíptico? ¿Cuántas ferias has entristecido y arruinado a comerciantes? ¿Cuántos cirios has apagado en Semana Santa? ¿Cuántas reuniones familiares (bodas, bautizos , días de campo, etc. has amargado?
Hoy te perdono.
Ha bastado un guiño tecnológico para saber que ya no eres una amenaza. Eres una opurtunidad. Tus correrías por la Gomera, Dehesa Valdivia y Cantalejos son fuentes de ingresos y no centros de pérdidas.
Nuevamente nos encontramos ante una ventaja competitiva.
La anterior, la de ser centro geografico, todavía se puede aprovechar más, si bien, se gestionó todo lo que se pudo (Hospital, Universidad, I.T.V., Tesorería, Hacienda, Casa Cultura y un largo etcétera). La de hoy abre el camino hacia un despegue industrial. Estamos bien como centro de servicios, pero necesitamos generar valores añadidos en procesos de transformación industrial.
¿Y qué tiene que ver el solano con todo ésto?
Es un ejemplo de cómo la Osuna de mi alma, es capaz de resurgir de sus cenizas (si la dejan y se le ayuda), convirtiendo debilidades en fortalezas. Es seguro Rosario, Alcaldesa, que crees en Osuna y en los ursaonenses (ellos creen en ti) y por eso vamos a vivir de forma actualizada la Osuna de los ochenta y noventa, que fuimos referente comarcal. Sé que quieres, sabes y puedes.
Manuel García Aguilar