Hace unos meses se presentó en Sevilla el proyecto Andalucía Barroca 2007 con el que el Gobierno andaluz tratará de recuperar y difundir el patrimonio barroco andaluz mediante restauraciones en inmuebles, exposiciones, jornadas, publicaciones e itinerarios temáticos. El presidente de la Junta, Manuel Chaves, al hablar de este programa se refirió a Sevilla y Granada como principales núcleos de producción barroca en nuestra comunidad, sin olvidar al resto de capitales y a otras ciudades entre las que incluyó a Osuna.
Ha sido en septiembre cuando se ha puesto en marcha el grueso de actividades de Andalucía Barroca que ha organizado la Consejería de Cultura a través de la Dirección General de Bienes Culturales. En concreto, Osuna aparece dentro de dos itinerarios temáticos: el de Palacios y casas señoriales con el del Marqués de la Gomera, los Condes de Puerto Hermoso y los Cepeda. El otro se titula Imagen conventual de la ciudad barroca.
Respecto a las exposiciones, serán un total de siete dedicadas a diferentes temas y se celebrarán en varias capitales. Una de las exposiciones, “Andalucía Barroca”, es itinerante y pasará por nuestra vecina Écija.
En cuanto a las actuaciones de conservación y restauración que se van a efectuar, se ha elegido un elemento por cada provincia. En Sevilla se actuará sobre un retablo mayor en Lebrija y la restauración integral de la Iglesia de los Descalzos en Écija.
Ciertos son los comentarios que se vierten en este periódico digital sobre los problemas que tiene y las necesidades que demanda nuestro pueblo. Efectivamente sus soluciones y su proyección de futuro no dependen sólo de restaurar monumentos e incentivar el turismo. Si bien, estas son dos buenas cartas con las que juega Osuna y se pueden utilizar para ganar una buena partida. Por eso, al leer todo lo anterior me satisface la presencia de Osuna en este programa y seguramente esté bien situada en este amplio proyecto.
Sobre las restauraciones quizá será que no contamos con sobresalientes edificios o tienen un grado de conservación, afortunadamente, bastante bueno a pesar de, por poner unos ejemplos, la deteriorada Cilla del Cabildo de Alonso Ruíz Florindo del siglo XVIII. Igualmente, el poderoso retablo mayor de la parroquia de la Victoria o la capilla del Santo Entierro de la clausurada iglesia de Santo Domingo. O los palacios números 31 y 44 de la calle Sevilla en estado ruinoso. Si lo que se requiere es un edifico completo, contamos con la iglesia de Santa Clara: conserva todos sus retablos, parte de su imaginería depositada en la Colegiata, un rico púlpito, buenas pinturas en su bóveda y paramentos, original solería en mármol y no le falta ni su artística veleta. También, el impresionante conjunto de las calles San Pedro y Sevilla donde bien se podría soterrar el cableado eléctrico.
En medio de esos indiscutibles focos del barroco andaluz aparece Osuna, atesorando en su patrimonio las firmas de sus más destacados artistas. No se con seguridad si Osuna estará presente en alguna de ellas pero el listado de obras que nuestro pueblo tiene para exponer es largo, de gran calidad y muy conocido. Igualmente Osuna da nombre a uno de los linajes nobiliarios más poderosos de España con un importante protagonismo a lo largo de los siglos. Otras muchas ricas familias se asentaron en nuestras calles buscando prosperar aún más en ese ámbito de influencia y prestigio de los duques creándose en torno a ellos una pequeña corte.
Desconozco el trámite burocrático que requieren estas ayudas o por parte de quiénes deben ser solicitadas, tampoco sé si influye la titularidad del edificio o de la obra artística, o lo altos seguros que habrán de pagarse para las exposiciones y muchos más detalles que se nos escaparán.
Frente a Osuna, las ciudades de Antequera y Écija, tantas veces nombradas en este medio, destacan bastante y merecidamente en el proyecto Andalucía Barroca 2007. Pero es que Osuna se encuentra en una primerísimo línea en cuanto a historia y patrimonio artístico en nuestra provincia, sin envidiarse nada estas tres preciosas ciudades. Por ello aparece un sabor agridulce al informarme sobre este ambicioso y acertado proyecto, pues esperaba un posicionamiento más destacado de nuestro pueblo ya que creo no lo tiene.
Antonio Morón Carmona