Al resguardo del frío preinvernal y casi sin pensarlo, nos veíamos en el que podría ser, quizás, el mismísimo marco en el que hace casi 2.008 años venía al mundo Jesús, nos veíamos en la noche de ayer en una cueva acompañando a unas imágenes muy conocidas: María, José, la burra, el buey... y el Niño que finalmente, y tras pensarlo mucho, decidió darnos una oportunidad y volver a nacer de nuevo. Estábamos en El Coto "Las Canteras" en un acto organizado por la Cooperativa Santa Teresa 1881.
Fue el fantástico periodista y mejor escritor, Antonio García Barbeito, quien nos quiso acercar lo que bien podría ser una historia real. Se trataba de un cuento incluido en su libro
El día que Jesús no quería nacer. Y otros breves de Navidad. Fue precisamente, el que aparece en el título de esta obra el que tuvimos la oportunidad de escuchar de la vo
z prototípica andaluza de Antonio.
Antes, para dar comienzo al acto, nuestro cantaor ursaonés, Manuel Cuevas, interpretó varios villancicos flamencos para deleite de todos los ursaonenses allí presentes, trasladándonos así a los próximos días navideños que pronto llegarán.
Después, bajo la penumbra de un rayo de luz que iluminaba las imágenes del misterio excepto la del Niño que no estaba presente desde el comienzo, tomó el atril Antonio García Barbeito, quien consiguió captar la atención al instante de todo el auditorio con una narración espectacular de su cuento,
El día que Jesús no quería nacer, una especie de pieza teatral con pinceladas poéticas, un cuento que nació para ser interpretado tras un micrófono de radio y ser retransmitido por las ondas. En él, un ángel, va anunciando a los otros personajes del nacimiento que Jesús no nacerá porque el mundo está lleno de od
io, envidia, avaricia… pero el ángel queda mudo cuando ve que si no nace el Niño no sería posible ni la paz, ni la alegría, ni la libertad... Jesús tenía motivos para no querer nacer, pero lo hizo y de pronto apareció en su pesebre del escenario, el Niño.
Durante su narración, y con una puesta en escena con tintes teatrales, era posible ver la historia y vivirla con sólo cerrar los ojos en un momento íntimo, bajo una escasa luz que invitaba a la reflexión sobre esta obra de Antonio García Barbeito, persona comprometida con la sociedad en la que vive.
Pero... ¿quién sabe si este cuento, si esta historia... no se repite cada año allá entre todas las figuras del Belén que muchos guardan en cajas de cartón o incluso más arriba?